Aeropuerto Internacional Luis Muñoz MarÃn
San Juan, Puerto Rico
11:43 A.M. AST
EL PRESIDENTE: Buenas tardes. Es un gusto volver a estar en Puerto Rico. Es maravilloso ver tantos rostros conocidos, a tantos promotores de la isla. Primero que nada, quiero mencionar al Congresista Pierluisi, que está aquÃ. ¿Dónde está? Allá. Mi gran amigo, Andrés López Francisco PavÃa, el senador Bhatia, el gobernador Fortuño. Y sé que también contamos con la presencia de varios ex gobernadores hoy aquÃ, además de lÃderes de partidos locales y de la Cámara de Representantes y el Senado.
También estoy muy agradecido por la increÃble bienvenida. Como saben, el último presidente en venir a San Juan y dirigirse al pueblo puertorriqueño fue John F. Kennedy, hace casi 50 años. Pues, en aquel entonces, yo tenÃa más o menos cuatro años por lo que no recuerdo muy bien esta visita. Lo que sà recuerdo es que cuando vine aquà durante la campaña, prometà volver como presidente. Y aunque estoy un poco más canoso de lo que estaba durante mi primera visita, es un gusto para mà cumplir con esa promesa al pueblo puertorriqueño
Pero esto es solo parte de mi compromiso con las familias aquà en la isla. Pues, cuando me postulé a la presidencia, prometà incluir a Puerto Rico no solo en mi itinerario sino también en mi visión sobre la dirección que debe tomar nuestro paÃs. Y me enorgullece decir que también he cumplido con esa promesa. En primer lugar, hemos abordado la cuestión del estatus polÃtico. En marzo, un informe de nuestro grupo de trabajo Presidencial sobre el estatus de Puerto Rico ofreció una vÃa con sentido para proceder al respecto, a fin de que los residentes de la isla puedan determinar su propio su futuro. Y cuando el pueblo de Puerto Rico tome una clara decisión, mi gobierno lo respaldará.
También sé que hay muchos otros asuntos que la isla enfrenta en este momento. Cuando el Presidente Kennedy estuvo aquÃ, habló sobre la relación entre Washington y San Juan, y también habló sobre enfrentar lo que denominó, “los difÃciles problemas de educación, vivienda, empleo y todos los demás”. Con este mismo espÃritu hemos estado tratando de asegurarnos de que toda familia en la isla pueda encontrar trabajo, ganarse la vida y mantener a sus hijos. Por eso nuestro plan económico y nuestra reforma del cuidado médico incluyeron ayuda para Puerto Rico.
Por eso estamos aumentando el acceso a banda ancha e invirtiendo en educación. Por eso estamos contribuyendo al crecimiento del sector local de turismo, salud y energÃa limpia. Estamos dándoles a los puertorriqueños las herramientas que necesitan para desarrollar su propio futuro económico.
Y asà debe ser, pues todos los dÃas los boricuas ayudan a escribir la historia de Estados Unidos. Artistas puertorriqueños contribuyen a nuestra cultura, y de paso, no sé si notaron, pero Marc Anthony decidió presentarse hoy aquÃ. Los empresarios puertorriqueños generan empleos estadounidenses. Y es más, durante las finales de la NBA, J.J. Barea nos inspiró a todos nosotros con esas embestidas hacia la canasta. Ese muchacho juega muy bien. La próxima vez que esté aquà voy a tener que la próxima vez que esté aquà voy a tener que jugar baloncesto.
También quiero tomarme un minuto para mencionar a todos los hombres y mujeres puertorriqueños que llevan el uniforme de nuestro paÃs. Un aplauso para nuestros veteranos. Gracias. Uno de sus veteranos es Juan Castillo. Juan luchó en la Segunda Guerra Mundial y luchó en la Guerra de Corea. Dentro de dos meses cumplirá 101 años.
Continúan el legado de Juan los puertorriqueños en Irak y Afganistán; hombres y mujeres como el suboficial Ramón Colón-López de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En el 2004, el equipo de Ramón iba tras un objetivo muy valioso en Afganistán. Su helicóptero estaba seriamente dañado por fuego hostil. En plena batalla, él desconocÃa las dimensiones de las fuerzas que enfrentaba. Pero continuó avanzando de todos modos, y su equipo eliminó o capturó a 12 combatientes enemigos. Debido a su valentÃa, fue el primer estadounidense hispano a quien se le otorgó la Medalla de Acción en Combate de la Fuerza Aérea.
Y les cuento esto porque durante varias décadas, puertorriqueños como Juan y Ramón se han arriesgado por un simple motivo: quieren proteger el paÃs que aman. Su voluntad de servir, su voluntad de sacrificarse es tan estadounidense como el pastel de manzana o el arroz con gandules. Las aspiraciones y dificultades en esta isla reflejan las de todo Estados Unidos. Por lo tanto, sé que muchas personas están haciendo las mismas preguntas aquà en la isla que en Indiana, California o Texas: ¿Cómo me aseguro de que mis hijos reciban el tipo de educación que necesitan? ¿Cómo puedo ahorrar un poco de dinero para la jubilación? ¿Cómo puedo llenar mi tanque de gasolina? ¿Cómo puedo pagar las cuentas?
Donde quiera que vaya, veo familias que enfrentan desafÃos como estos, pero los enfrentan con resolución y determinación. ¿Saben? Estos problemas no surgieron de la noche a la mañana ni en Puerto Rico ni en ningún otro lugar, y eso significa que no los vamos a resolver de la noche a la mañana. Pero dÃa a dÃa, paso por paso, los resolveremos. Vamos a poder mejorar nuestro sistema educativo aquà en Puerto Rico y en todo Estados Unidos. Estamos dando pasos enormes para mejorar nuestro sistema de cuidado de salud aquà en Puerto Rico y en todo Estados Unidos. Vamos a hacer que la gente vuelva a trabajar aquà en Puerto Rico y en todo Estados Unidos.
Quizá algunos de ustedes recuerden que cuando estuve aquà en el 2008, hablé ante el Cuartel de Ballajá, donde se redactaron muchos capÃtulos de la historia de Puerto Rico. Hoy en dÃa, los trabajadores puertorriqueños escriben el próximo capÃtulo al convertir el edificio en un modelo de eficiencia energética. Están haciendo más eficientes los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Están poniendo un techo ecológico. Están instalando 720 placas fotovoltaicas. Se calcula que cuando acaben, el consumo de energÃa será 57 por ciento menor. Y los puertorriqueños habrán dado otro paso hacia el desarrollo de una economÃa limpia.
Este es el tipo de medidas que tomaremos para que Puerto Rico gane el futuro y para que Estados Unidos gane el futuro. Eso es lo que hacemos en este paÃs. Cada década que pasa, con cada desafÃo nuevo nos reinventamos. Encontramos nuevas maneras de resolver nuestros problemas. Seguimos esforzándonos.
Y lo hacemos de una manera que le da a cada uno de nuestros pobladores la oportunidad de alcanzar el sueño que todos compartimos; el sueño de que si estás dispuesto a trabajar arduamente y asumir responsabilidades, puedes forjar un futuro mejor para tu familia. Puedes encontrar un trabajo seguro, que pague bien, te permita mantener a tus hijos, te permita jubilarte. Eso es lo que espera la gente, y no es mucho que pedir.
Puerto Rico, no es necesario que les diga que queda trabajo por hacer. TodavÃa no hemos llegado a donde debemos llegar. Pero en estos momentos difÃciles, los pobladores de esta isla no se dan por vencidos. No miramos atrás. Los pobladores de Estados Unidos no se dan por vencidos. Apostamos en los empresarios y en los trabajadores y en nuestras familias. Comprendemos que de nuestra diversidad deriva nuestra fortaleza. Renovamos el Sueño Americano. Lo hemos hecho antes. Volveremos a hacerlo.
Muchas gracias. Muchas gracias. Gracias. Gracias, Puerto Rico.
FIN 11:54 A.M. AST
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